4/2/15

La verdadera victoria

La única victoria verdadera que nos tiene que importar en la vida es el vencer y superarse a uno mismo. 

Aprender a conocernos, valorarnos y desarrollar nuestras habilidades naturales sin entrar en competencia con nada ni nadie. Pulir nuestro carácter, prestar atención a nuestros defectos, fuente generadora de obstáculos, sabiendo que a veces aquéllos son señaladores de verdad, maestros internos que nos despiertan del letargo.

La mejor disciplina que existe es la que nos autoimponemos, en el sentido de establecer un método u orden que nos ayude a entrenar, a aprender, a insistir.

En cambio, una disciplina forzosa, impuesta obligatoriamente por otros, será improductiva, nos mermará hasta el hastío y traerá conflictos.

No hay premio, ni objetivo excepto el de saber que la prioridad es ser la mejor versión posible de nosotros.

Espíritu, mente, cuerpo…

Ser, hacer, tener...