La creatividad siempre ha sido automáticamente relacionada
con las disciplinas artísticas (teatro, danza, artes plásticas, música, etc.)
pero se trata de un aspecto que abarca la totalidad de la vida. La creatividad
no es un don. Todo el mundo tiene la facultad latente de desarrollar su
creatividad, en mayor o menor grado, en las áreas que le son más cercanas y en
las cosas en las que uno posee habilidades naturales. Somos creativos cuando
asumimos activamente ciertas posibilidades que nuestro entorno nos ofrece para
experimentar, provocar que surja algo nuevo y espontáneo.
Estos son los principales bloqueos que limitan o anulan
nuestra creatividad:
- Bloqueos emocionales: Miedo a equivocarnos, a quedar en
ridículo, a no ser aceptados.
- Bloqueos perceptivos: Ver el mundo que nos rodea de
manera limitada y reducida.
- Bloqueos culturales: La imposición de determinadas fórmulas
sociales o familiares que nos obligan a
pensar de una manera única y concreta.
¿Cómo estimular la creatividad?
- Partir de cero y no temer al cambio.
- No racionalizar en exceso.
- Diversificarse. No ser esclavo de una especialización.
Complementar los conocimientos.
- Escuchar con más atención a las personas.
- Ser más observadores. Apreciar los detalles. Valorar el
entorno.
- Buscar motivación en personas que admiramos y han
logrado sus objetivos.
- No depender en exceso de la moda o de la tendencia
general.
- Combinar periodos de planificación y disciplina con otros
más relajados y despreocupados.
- Ser constante y aprender de nuestros errores.