La meditación se ha
practicado desde la antigüedad.
Es un estado de concentración prolongada sobre la realidad del momento presente, en el que se experimenta la condición natural de la conciencia humana, capaz de comprender por sí sola el significado de su existencia interrumpiendo la agitación habitual de nuestra mente en torno a problemas que absorben nuestra atención.
Es necesario un
sistema o rutina coherentes para aprender a meditar.
Todos los métodos
meditativos requieren de ejercicios especiales para una previa relajación del
cuerpo.
Adoptar
una postura correcta para meditar y el control de la respiración son requisitos
básicos.
Diferentes
escuelas o tradiciones poseen técnicas distintas pero que, en esencia, tienen
rasgos parecidos.
La
meditación:
- Ayuda a resolver conflictos internos.
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Favorece la sedación del sistema nervioso.
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Alivia dolores físicos.
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Regula la actividad cardiaca.
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Genera emociones positivas.
- Proporciona una profunda relajación corporal
y mental.
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Nos da una mayor comprensión de la vida y del lugar que ocupamos en ella.